miércoles, 27 de julio de 2011

ETICA EMPRESARIAL




Como podemos ver, analizamos la ética desde un punto de vista empresarial. El sentido de la ética merece destacarse como un pilar fundamental de la empresa, y como un factor determinante. Este factor es especialmente percibido y tenido en cuenta por el público general. Por tal causa, las empresas deben emitir su “Código de Ética” y darlo a conocer a sus accionistas, personal, clientes, proveedores y autoridades vinculadas a la actividad.
Si bien la ética es mencionada dentro de las organizaciones, su tono remite equivocadamente a cierta “moral”, pero deberíamos pensar en el concepto ético pero desde una visión pragmática, que es la propia de las empresas. “Nada es más hábil que una conducta irreprochable”.
Antes de continuar, es conveniente aclarar ciertos conceptos, para poder tener un marco de referencia.

La ética empresarial es una rama de la ética aplicada. Se ocupa del estudio de las cuestiones normativas de naturaleza moral que se plantean en el mundo de lo negocios. La gestión empresarial, la organización de una corporación, las conductas en el mercado, las decisiones comerciales, etc.

La ética empresarial se distingue, por un lado, de las ciencias empresariales o económicas puramente descriptivas (sin pretensiones normativas) tales como la econometría o la historia económica. Por otro lado, se diferencia de saberes con pretensiones normativas pero no de naturaleza moral, tales como la economía política o la contabilidad. Todas las ciencias con pretensiones normativas han de confrontar en algún momento sus supuestos normativos con preguntas como ¿cual es el fundamento de la pretensión normativa de esta ciencia? ¿en qué certezas basa su pretensión de proponer criterios justificados para la decisión y la acción? ¿son estos criterios universalmente válidos? etc.
La ética empresarial como disciplina académica suele abarcar uno o más de los siguientes temas: el estudio de los principios morales aplicables a la vida económica y empresarial; el estudio y crítica de los valores efectivamente dominantes en el ámbito económico en general y en cada una de las organizaciones, el análisis de casos reales que ejemplifican la responsabilidad de las organizaciones y de sus diversos constituyentes; el desarrollo de cuerpos normativos voluntarios o procedimientos estandarizados de gestión basados en principios y valores éticos; el seguimiento y descripción de la importación de estos códigos y procedimientos en organizaciones concretas, así como la observación de sus efectos en las propias organizaciones y su entorno.

También se ocupa con frecuencia la ética empresarial del estudio de las virtudes personales que han de estar presente en el mundo de los negocios. Se trata de mostrar que tales virtudes forman parte de la correcta comprensión de lo que es una buena vida para un directivo, para el grupo de personas que forman una organización o para la sociedad más amplia en que la organización misma se integra.

El origen de la preocupación actual por la ética empresarial radica en la demanda social ante las actuaciones faltas de ética de las empresas. Por eso las reflexiones de este campo se han orientado, con frecuencia, más a evitar que se repitan esos hechos escandalosos que a promover directamente una comprensión de su práctica en la organización empresarial. Aunque es cierto que se discutieron algunas temáticas planteadas en términos de ética y economía, como situaciones en las cuales se aplicaba la ética por ejemplo, en los tratados de moral con enfoque casuístico no se puede hablar de la ética
Empresarial en los primeros cincuenta años del siglo XX.

La ética empresarial empieza a gestarse sólo a partir de la aparición de empresas diferenciadas de la empresa pequeña tradicional, por su organización formal y jerárquica y por la separación de la dirección y la propiedad. Comienza, entonces, una creciente reflexión ética sobre las actuaciones de las grandes empresas y su gestión. En los años cincuenta se aborda sistemáticamente el análisis sobre la responsabilidad social de las empresas y sobre la gestión como profesión. Estos planteamientos se hacían predominantemente en el marco de tradiciones religiosas sobre todo protestantes y católicas, que pretendían aplicar determinados planteamientos morales al mundo de la empresa y de los negocios.

Al final de la década de los cincuenta y durante la de los sesenta es notable el
desarrollo de la doctrina social de la Iglesia y de las reflexiones teológicas sobre las realidades terrenas y el mundo del trabajo.

Estatuto epistemológico
El crecimiento de publicaciones, cursos y seminarios acerca de la ética empresarial plantea el reto de explicar desde el punto de vista conceptual cómo enfocar una propuesta ética adecuada a la realidad contemporánea de la economía y la administración. Ante los recientes escándalos de la forma como maquillaron la contabilidad Enron y otras grandes corporaciones estadounidenses, surge la demanda pública, sobre todo de los inversionistas
en la bolsa, de una ética más exigente.

Después del derrumbe de la ideología marxista de finales del siglo pasado, la atención se ha volcado hacia los valores que deben acompañar las actividades del diario vivir. Los valores son las cualidades de nuestras relaciones que expresan las exigencias de sentido que reclaman las situaciones. Las personas buscan encontrar en su entorno un sentido que los motive a enfrentar los retos de la vida. Como el trabajo ocupa una buena parte del tiempo de la gente, se busca que la ética canalice la necesidad personal de sentido en las actividades empresariales.

Para responder a esta demanda de sentido y responsabilidad en la organización empresarial, se necesita elaborar una ética aplicada que cumpla los requisitos rigurosos de una disciplina. De la misma manera que la bioética está respondiendo a los desafíos de las ciencias de la vida, la ética empresarial tiene que estar a la altura de los retos de las ciencias económicas y administrativas.

La ética empresarial tiene un carácter sistémico y no puede reducirse a un recetario para solucionar los problemas coyunturales de inmoralidad de las empresas. Hay que configurar un marco de comprensión ética que haga viable esta disciplina en cuanto es ética empresarial. Partiendo del análisis de la empresa dentro de un sistema económico, se deben examinar las exigencias de sentido o de valores éticos para que la conducta colectiva e individual, propia de las empresas, esté de acuerdo con la dignidad humana de los sujetos.

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